domingo, 27 de marzo de 2011

El problema es que nos hemos acostumbrado


Hoy nuevamente vengo aquí impresionado por lo que leo. Ya saben, los domingo ojeo el periódico casi entero y suelo terminar indignado. Pero hoy la indignación ha empezado desde la portada.

Ayer fue un día grande para Costa Rica. Se inauguró el nuevo estadio nacional. Esa construcción que tan pueblerinamente se ha dado en llamar "joya arquitectónica". Aunque nadie sabe quién es el arquitecto. Nomenclaturas aparte fue una fecha histórica para el país y, en general, todo estuvo a la altura de las circunstancias.

Tras la fiesta de ayer, amanecemos con un baño de cruda realidad. La portada del periódico, en un día tan señalado, era aprovechada continuar con ese particular ajuste de cuentas que los editores del medio de comunicación más influyente de Costa Rica, viene perpetrando contra en el anterior presidente del gobierno, Oscar Arias Sánchez.

"Arias recibió abucheos y Chinchilla cosechó muestras de afecto". Mayor mezquindad no cabe. Claro que en páginas interiores se revuelcan en la estulticia y titulan "Los chiflidos desempatan a Chinchilla y Arias".

Lo de ayer, aunque le pese a más de un presunto intelectual patrio, no era un espectáculo de anfiteatro romano. De esos en los que la masa, el populacho, la canalla enfurecida por la hambruna -y las pésimas infraestructuras-, jalea a los leones para que devoren al gladiador. Era otra cosa. Por mucho que se empeñen los alborotadores que se esconden detrás de la libertad -libertinaje, dirían algunos- de prensa.

Porque la plebe olvida rápido. Hoy silba lo que ayer votó. Y paga treinta rojos para asistir a la inauguración del estadio que Oscar Arias consiguió para Costa Rica. Para luego, como parias romanos, abuchear al que les permitió estar sentados allí. Por dicha o por desgracia, así es.

Aunque a lo mejor yo estoy equivocado y ahora, olvidando lo ocurrido en aquella campaña del TLC, le otorguemos más valor a los que gritan protegidos por la gradería que a los que firman columnas. En ese caso, mejor abstraerse de la realidad. Esa terca realidad que nos dicta un año de gobierno absolutamente en blanco. Quizá sea mejor pensar que Chinchilla es una gran gobernante... porque a Oscar Arias lo abuchea parte de la gradería.

Lo peor de todo, estimado lector, es que, como dijo Sartre, lo más aburrido del mal es que uno se acostumbra. Y nosotros ya nos hemos acostumbrado este "todo vale" en la cruzada de La Nación contra los Arias.

12 comentarios:

  1. Me imagino que la República lo vió distinto...

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  2. Estimado Terox,
    La República, por lo general, no se dedica a inmiscuirse en la vida política intentando generar opiniones a favor o en contra de determinadas personas. En el artículo anterior puede leer mi comentario al respecto de lo que me parece a mi ese diario.
    El asunto aquí no es lo que "vio" o dejo de ver un medio, sino la relevancia que se da a las anécdotas para convertirlas en dogma de fe o en refrendo de una determinada línea editorial.
    Saludos y gracias por comentar.

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  3. Pues yo no estaría tan seguro de la imparcialidad de la República... por ahí se dice que se erige defensora de "los Arias".

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  4. Aunque fuese cierto, lo cual requeriría al menos un artículo que lo demuestre, eso no enmienda la actitud mezquina de La Nación en la portada de ayer.

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  5. Oh no, pero demostraría que no es la única...

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  6. Podría demostrar lo sectario que es el periodismo nacional.
    Ahora espero las pruebas. Yo recuerdo aquella portada de LR hace unos meses que decía "Arias deja cancha embarrialada a Chinchilla".

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  7. Bueno, yo no podría decirle porque no leo la República con mucha frecuencia... pero aquí podrá ver como opinan algunos...

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  8. Algunos, incluido Ud.
    Me parece bien que se opinie sobre un artículo concreto de La República que, en realidad, lo que hace es defender la existencia de la única carretera casi normal que existe en Costa Rica. No a los Arias.
    Como digo he leído portadas mucho más contundentes de La República defendiendo la gestión de Chinchilla.
    La evidente cruzada de La Nación contra los Arias está mucho más allá de una columna puntual. Lo utilizar la inauguración del estadio y los pitidos de un puñado de "fusilesdechispas" para justificar la línea editorial de acoso y derribo a los Arias es, sencillamente, patético.
    Cuando la campaña del TLC en La Nación desacreditaban a los que gritaban en los estadios y ahora resultan ser los jueces de la Patria.

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  9. Jajaja... Ud no sabe lo que yo opino... de hecho, concuerdo con Ud en relación a la vía a Caldera... en el blog de Dean podrá ver que compartimos esa misma opinión en ese punto...

    También puedo percibir la "cruzada" antiArias de la Nación, pero eso no disculpa las tortas pasadas de los hermanitos e incluso la falta de respeto hacia el gobierno actual, comenzando por las críticas del propio Arias a la gestión en el conflicto con Nicaragua... y ni hablemos de ciertas reuniones que se hacen frente a la Embajada China... en fin, como decíamos antes en las mejengas del barrio, el que se mete aguanta...

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  10. Claro, Terox, pero la que se peló aquello fue Laura el día UNO cuando se desmarcó de quien la había señalado con el dedo como su heredera. En esta vida, ante todo, es de bien nacido ser agradecido.
    El gran problema de Laura es que piensa que su amistad con los editores de La Nación va a ser eterna y esos sí que manejan su propia agenda.
    Yo no estoy defendiendo a los Arias, sino señalando el comportamiento infame que se viene produciendo bajo el pretexto de la información.

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  11. El desmarque tenía que darse... ya mucho se había hablado del titiritero y la marioneta... eso no es ser malagradecido, sólo en la jupa de un egocéntrico de ese calado cabe enojarse por eso...

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  12. Sobre eso podríamos hablar largo y tendido. Pero creo que son otros cien pesos.
    Quizá si desde LN no la hubiesen jaleado para tomar esa medida, entonces no habríamos llegado a esto.

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